Nací en Soria en 1995, donde pasé mis primeros 22 años. Durante ese tiempo, me formé como fisioterapeuta en la Universidad de Valladolid, compaginando mis estudios con mi pasión por el baloncesto. Empecé como jugador, luego me adentré en el mundo del arbitraje y, finalmente, me convertí en entrenador. El deporte ha sido siempre una parte fundamental de mi vida, enseñándome no solo a cuidar mi cuerpo, sino también a valorar la importancia de la disciplina y el trabajo en equipo, principios que aplico en mi práctica profesional todos los días.

Mi visión del cuerpo humano es holística: creo que cada parte de nuestro cuerpo está interconectada y funciona en sinergia, y que una alteración en una parte puede afectar a todo el sistema. Este enfoque me llevó a formarme como osteópata, con la convicción de que un tratamiento integral es esencial para una sanación profunda. A través de la osteopatía, no solo busco aliviar los síntomas, sino también identificar y tratar las causas subyacentes de los problemas de salud, ayudando a mis pacientes a alcanzar un equilibrio físico y emocional duradero.